OTROS MUNDOS 1 TERESA VALENZUELA ASESORA ALMA DELIA CURIEL MARTINEZ


 Otros mundos1

 Teresa Valenzuela

Las calles se transforman, su apariencia cambia según la época, algunas cosas permanecen, otras no. Ahí están derrumbando una casa que fue vecindad por varias décadas y en ellas se inicia la historia que te voy a contar.

Se dice que durante muchos años tuvo esa morada una vivienda desocupada porque nadie la quería alquilar. La razón era que en una de sus paredes había una huella clarísima de una mano, con seis dedos. Este dedo de más y el intenso color rojo que lucía, eran suficiente motivo para causar pavor a quien la veía.

Si se trataba de limpiar aquella mancha con agua y jabón o con otra sustancia, se perdía en la humedad por un rato, pero cuando se secaba la pared, ahí estaba otra vez.

Si se pinta encima, aunque fueran varias capas de pintura, por algunos días no se le veía, pero después volvía. Una persona que rentó la vivienda y trató de tapar la huella con un retrato suyo, vio con terror que la mano siniestra aparecía sobre la mano de su rostro enmarcado; y otro que se creyó más listo y le puso enfrente un ropero, a toda hora escuchaba como si alguien golpeara la madera del mueble.

Como se creía que aquello era cosa del diablo, se llevó al lugar a un sacerdote, que roció abundante agua bendita, pero nada, ahí siguió aquella señal misteriosa.


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