EMILIANO
ZAPATA
Emiliano Zapata, fue uno de los
líderes militares y campesinos más importantes de la Revolución mexicana y un
símbolo de la resistencia campesina en México. Como parte del movimiento
revolucionario, estuvo al mando del Ejército Libertador del Sur. También fue
conocido como el «Caudillo del Sur». Fue ideólogo e impulsor de las luchas
sociales y las demandas agraristas, así como de justicia social, libertad,
igualdad, democracia social, propiedad comunal de las tierras y el respeto a
las comunidades indígenas, campesinas y obreras de México, víctimas de la
oligarquía y el latifundismo de los hacendados del Porfiriato. Aunque Zapata
fue excluido, junto con Pancho Villa, del Congreso Constituyente de 1917, a
ellos se debe el constitucionalismo social que de ahí surgió, especialmente el
artículo 27.1
.LA LUCHA EN EL SUR A LA MUERTE DE MADERO
Tras
el asesinato de Francisco I. Madero y el ascenso en el poder de Victoriano
Huerta, la lucha armada se exacerbó y Zapata fue uno de los jefes
revolucionarios más importantes, al tiempo que introdujo importantes reformas
en Morelos. Posteriormente, estas posturas lo opusieron al nuevo presidente el
Gral. Venustiano Carranza. Una vez en el poder, Victoriano Huerta envió una
comisión encabezada por el padre de Pascual Orozco, Pascual Orozco (Padre) a
pactar la paz con Emiliano Zapata.36 Esto le facilitaría tener un frente menos de
guerra en el país.
Zapata, que contaba ahora con el dominio de Morelos y parte del Estado de México, del estado de Guerrero,
de Puebla y de Tlaxcala, se negó a pactar con aquellos a quienes él llamó
“asesinos de Madero”. Fusiló al emisario de Huerta, envió una carta al general
Félix Díaz, repudiando al gobierno de Huerta y para el mes de mayo de ese mismo
año, reformó su Plan de Ayala, declarando que Victoriano Huerta era indigno de
la presidencia del país. A Pascual Orozco se le retiró el cargo de Jefe de la
Revolución y Zapata quedó entonces como único jefe del Ejército Libertador del
Sur.
En
los primeros meses de 1914, Zapata tomó Jonacatepec y Chilpancingo. Ese mismo
año su ejército constaba ya de 27,000 hombres, por lo que para abril ya había
controlado por completo el estado de Morelos y algunos lugares de Guerrero.
Poco después tomó Cuernavaca y para junio ocupó Cuajimalpa, Xochimilco y Milpa Alta,
con lo que amagaba a la Ciudad de México. La población de la capital del país,
huía al saber la cercanía del ejército de Zapata. Las fuerzas
constitucionalistas les cerraron el paso, al ocupar la Ciudad de México antes
que las propias zapatistas, las cuales se encontraban más cerca. En septiembre,
Venustiano Carranza envió a Juan Sarabia, a Antonio I. Villarreal y a Luis
Cabrera Lobato a conferenciar con Emiliano Zapata, pero nuevamente el caudillo
suriano exigió la renuncia de Venustiano Carranza al Poder Ejecutivo, y el
reconocimiento del Plan de Ayala. Los emisarios, como toda respuesta,
abandonaron su campamento y el estado, pues Carranza rechazó rotundamente sus
peticiones, calificándolas de "inadecuadas" para el momento en que
vivía el país.
EL GOBIERNO «CONVENCIONISTA>>
El
mismo mes, Emiliano Zapata, desde su cuartel general de Cuernavaca, promulgó la
entrega de tierras a los pueblos. Invitado por varios delegados de la
Convención de Aguascalientes, en la que los tres grupos más importantes que
participaron en la Revolución mexicana intentaron dirimir sus diferencias,
Zapata no fue en persona al citado evento, pero envió a una comisión, integrada
por Antonio Díaz Soto y Gama, quién protagonizó el Incidente de La Bandera; y a
Leobardo Galván González, un licenciado del pueblo de Tepoztlán, nacido en el
barrio de Santo Domingo, en la actual calle de Aniceto Villamar en un predio
llamado "Coyulan" y único morelense enviado por Emiliano Zapata a
Aguascalientes, que desempeñó un papel importante de negociación para la
asistencia de la delegación zapatista, negociaciones tanto con Lucio Blanco
como con el mismo general Francisco Villa, Paulino Martínez, Manuel J.
Santibáñez y Manuel Uriarte, quienes quedaron en calidad de observadores hasta
que la Convención optó por desconocer a Venustiano Carranza. Así pues, Emiliano
Zapata se unió con Francisco Villa y ambos reconocieron a Eulalio Gutiérrez
como presidente provisional de México, no así el encabezado por Venustiano
Carranza, lo que provocó la continuación de la guerra civil. A finales de
noviembre, la poderosa División del Norte y el Ejército Libertador del Sur
entraron en la Ciudad de México.
ENTRADA DE LOS
GENERALES VILLA Y ZAPATA A LA CIUDAD.
Alcanzó
así fama nacional el movimiento zapatista como la otra cara de la moneda entre
los campesinos surianos y los del norte. En su estancia en la capital, las
tropas tuvieron una actitud más que pacífica: obtuvieron recursos mediante
limosnas y evitaron los robos y asaltos de algunos bandidos que ensuciaban su
nombre haciéndose llamar zapatistas. El 4 de diciembre de ese año Villa y
Zapata tuvieron la célebre entrevista de Xochimilco, lográndose una alianza
militar entre ambos ejércitos. Villa aceptó en cambio el Plan de Ayala, a
excepción de sus acusaciones a Francisco I. Madero, quién había sido su
redentor y se obligó a dar armas a Zapata.
VILLA Y ZAPATA EL
4 DE DICIEMBRE EN LA SILLA PRESIDENCIAL
Concretados
estos acuerdos, Emiliano Zapata partió rumbo a Amecameca y tomó Puebla el 17 de
diciembre de 1914, aunque en los primeros días de enero la plaza le fue
arrebatada por las fuerzas del general Álvaro Obregón. Este habría de dedicar
sus mayores esfuerzos para combatir al poderoso ejército villista, dando lugar
a que durante 1915 Morelos fuera gobernado por los campesinos levantados en
armas, asesorados por los intelectuales de la lucha suriana. En 1916, una vez
que Venustiano Carranza se había instalado en la Ciudad de México y que
Francisco Villa hubiera sufrido serias derrotas por parte del ejército de
Álvaro Obregón, Carranza dispuso la ofensiva contra el zapatismo, al mando de
Pablo González Garza. Con apoyo incluso de la aviación del ejército, Cuernavaca
fue ocupada por los constitucionalistas en mayo y, aunque regresó efímeramente
a manos de los zapatistas, quedó definitivamente en su poder el 8 de diciembre
de ese mismo año. Ante la carencia de armas y ya sin el apoyo villista, en muy
poco tiempo casi todas las poblaciones del estado quedaron en poder de los
constitucionalistas. En 1917, Zapata, lanzando una contraofensiva, reconquistó
Jonacatepec, Yautepec, Cuautla, Miahuatlán, Tetecala y Cuernavaca.
En
marzo expidió la ley administrativa para el estado, reabrió escuelas, creó
instituciones para reiniciar la producción de alimentos del campo y continuó la
guerrilla en zonas periféricas y de frontera. Sin embargo, en octubre del mismo
año entró a Morelos el general Pablo González Garza, apoderándose del
territorio. Para 1918, Emiliano Zapata era, al igual que Francisco Villa lo
sería en 1920, un guerrillero con poco futuro, pues ante las constantes
batallas y lo escaso de las municiones, la muerte de los cabecillas y la ley
agraria de Carranza, que apaciguó la causa suriana, su movimiento, indudable
manifestación del descontento campesino, no llegó a consolidarse como una
verdadera organización político-militar. Siendo una rebelión de masas
campesinas, se limitó a realizar su guerra de guerrillas a partir de 1918.
E. GUADALUPE CORONA CRUZ
APOYO TÉCNICO
CENTRO DE BIENESTAR SOCIAL “IMSS TULANCINGO”
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